Hoy, me levanté antes del amanecer con el equipo listo para enfrentar otro día de retos y esperanza. Como rescatista, cada llamada es una oportunidad para marcar la diferencia: ya sea una persona atrapada en una avalancha de arena, un mollero perdido en la selva o una familia que necesita evacuación tras una inundación, nuestro compromiso es el mismo: llegar a tiempo, con profesionalismo y empatía.

Esta madrugada el sol aún dormía cuando revisé mi equipo y respondí al radio. En cada misión, la adrenalina se mezcla con la responsabilidad: un montañista herido en un cañón, un grupo aislado por un derrumbe o un turista desorientado en el bosque. Nuestra misión no cambia: salvar vidas con solidaridad y respeto. Cada gesto cuenta. Gracias a mi equipo, cada rescate es una historia de esperanza hoy.

Esta madrugada salí de la Estación de Policía de San Felipe con la patrulla lista para vigilar cada rincón de la ciudad. Como oficial de la Policía Nacional de Panamá, cada reporte es un compromiso con la seguridad: ya sea un accidente en la Vía España, un caso de hurto en El Chorillo o una alerta por tráfico sospechoso en Albrook, nuestro deber es el mismo: velar por la tranquilidad de la comunidad con integridad y respeto.